Tiene su origen en la Revolución Francesa de 1789. El marqués Lafayette fue quién ideó el diseño y los colores y dispuso que se adoptara como insignia patria, quedando así un emblema de tres colores verticales: el azul junto al asta, en el medio el blanco y el rojo en el lado derecho.
En cuanto a la representación de los colores, se puede decir que el blanco representa a la monarquía, mientras que el rojo y el azul a la ciudad de París, mismos colores que portaban las milicias de la guardia nacional.
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